• Somier Multi Haya de Elaxprem

    Somier Multi Haya de Elaxprem

    Para que nuestro colchón resulte cómodo, hay que complementarlo con una buena base

  • No todas las bases son siempre adecuadas para cualquier tipo de colchón.
  • ASOCAMA recuerda la conveniencia de cambiar el colchón y la base al mismo tiempo.

Pocas veces, a la hora de elegir un colchón, nos planteamos cambiar a su vez la base que da soporte al mismo; y, sin embargo, se trata ésta de una cuestión esencial, que determinará en buena medida las óptimas prestaciones del producto que se adquiera. La base, en efecto, no es únicamente una estructura de apoyo del colchón, sino que constituye un elemento capaz, por sí mismo, de condicionar y modificar el nivel de firmeza o elasticidad, así como la sensación de confort, del conjunto.

Por ello, es recomendable valorar en qué estado se encuentra la base, observando si hace ruidos extraños, si tiene láminas rotas o si da inestabilidad al equipo.

Además, aunque la durabilidad de las bases sea superior a la del colchón (dado que, en condiciones normales de uso, sufren un desgaste más reducido), cuando se cambia el equipo de descanso, ASOCAMA recomienda reemplazar el colchón y la base a la vez para evitar el deterioro del conjunto que conllevaría la sustitución de uno u otro de forma aislada. Eso sí, a la hora de elegir una base hay que tener en cuenta que no todas las bases son siempre óptimas para cualquier colchón, por lo que es necesario que, una vez elegido este último, optemos por una base adecuada que se adapte a nuestras necesidades.

En general, los colchones de muelles pueden combinarse con cualquier tipo de base, mientras que lo recomendable para los colchones de látex, visco o espumas técnicas es combinarlos con bases transpirables para asegurar un buen comportamiento del producto. Como siempre, antes de adquirir un producto, es conveniente asesorarse correctamente en un establecimiento especializado sobre cuál es la base más adecuada para el colchón. Aparte, tal como ocurre con el colchón, no existen criterios unitarios para elegir un tipo de base en concreto; cada persona debe buscar la que más se ajuste a sus necesidades específicas.

A grandes rasgos: una base rígida o articulada, con lecho rígido o elástico y con espacios auxiliares (arcones de almacenamiento) o sin ellos. Por ejemplo, en el caso de las bases articuladas, hay diferentes grados de sofisticación lo cual es importante para aquellas personas que tienen patologías en las que está indicado dormir con alguna parte del cuerpo en una posición más elevada. En todos los casos, aunque pueda parecer evidente, hay que asegurarse de que los materiales de la cama están fabricados por empresas reconocidas que cumplan las normativas vigentes.

Finalmente, ASOCAMA alerta sobre la necesidad de optimizar la durabilidad del equipo mediante un uso adecuado de sus elementos, dentro de los parámetros de fabricación y de las normas de utilización que aparezcan especificadas en las garantías de sus fabricantes; por ejemplo, no apoyando objetos punzantes o pesados directamente en la superficie de la base, o evitando sentarse sobre los planos de una base articulada levantados o en movimiento. Sólo así el equipo ofrecerá unas prestaciones correctas que garanticen un buen descanso.

Fuente: ASOCAMA